viernes, 9 de agosto de 2013

El éxito online ≠ el éxito offline

Cada vez más quedan lejanos los tiempos en que se hablaba de los medios sociales en Internet como si fuesen la panacea... pero aun quedan rastros de esa burbuja. Recordemos a todos esos "gurús" que se dedicaron a evangelizar durante años a pequeñas y medianas empresas sobre las bondades de tener una página en Facebook o una cuenta en Twitter, poniendo como ejemplo la presencia de grandes marcas en estos soportes. Al fin y al cabo, si Coca-Cola está ahí "será por algo, ¿no?"

También hay que decir que los medios de comunicación masivos les siguieron el juego: prescriptores tan convincentes como Matías Prats comentando los últimos tuits recibidos en la cuenta de Antena3... Si uno enciende la tele y ve a su presentador favorito hablando de lo bien que le ha ido a una tienda online gracias a Facebook, ¡pues habrá que tener un Facebook de esos!

Que conste que yo no digo que no haya que estar en estos medios, solo que no hay que ser excesivamente optimista. Y es que, poco a poco, se va viendo con más claridad que los medios sociales son importantes, pero no básicos, que el éxito en ellos no tiene por qué implicar el éxito a la hora de hacer negocio. Porque los medios sociales son, al fin y al cabo, para eso, para hablar sobre un producto o un servicio... lo cual no significa necesariamente que luego vayamos a adquirirlo.

Tenemos un ejemplo reciente en la película Sharknado, que se convirtió en trending topic tras su exhibición en televisión y que ahora es uno de los grandes fracasos del año por su pase a la pantalla grande. Según la empresa de analítica en redes sociales Fizziology, durante un determinado periodo de tiempo hubo 604 mil tuits sobre esta película. Según Twitter, hubo hasta 5 mil menciones por minuto, cifra superior a la que logran series como Juego de tronos (ha llegado al total de 241 mil tuits). Sin embargo, esto no se ha traducido en un éxito a nivel comercial: en las 200 salas de cine en las que se ha proyectado, Sharknado tan solo ha logrado recaudar unos 200 mil dólares (mil dólares por sala), un fracaso si pensamos en las astronómicas cifras que se mueven en Hollywood.

En definitiva, que no es lo mismo estar en el sofá de tu casa y escribir unos cuantos tuits bromeando sobre el peculiar argumento de Sharknado que ir efectivamente al cine a ver esta película. El éxito en Twitter, como es en este caso, no implica un éxito en el mundo offline, que es el que a fin de cuentas importa (los RT no dan mucho dinero, la verdad). De hecho, extrapolar el éxito en este servicio de microblogging al mundo real me parece una auténtica barbarbidad, ya que, por ejemplo, en el caso de España solo tiene 4,5 millones de usuarios (en comparación con la población española, es una cifra ridícula)... a falta de descontar usuarios inactivos y otros con varias cuentas.

Mientras tanto, Google se anima a decir que ellos saben "qué estrenos de cine van a ser un éxito y cuáles van a fracasar en taquilla". Siendo Google... venga, de momento les concederemos el beneficio de la duda. Al fin y al cabo, ellos saben qué es lo que se busca y a partir de ahí se puede hacer una estimación de cómo responderá el mercado. Es razonable. Pero una cosa es eso y otra que pensar que un producto venderá de maravilla por conseguir muchos 'Me gusta', RT o +1. Hasta que Internet no llegue a una amplia mayoría de la sociedad y además que esta sea activa, esos datos no son tan fiables como para poner la mano en el fuego por ellos.